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Net zero en la construcción: un factor de cambio ineludible

“La emergencia climática es una carrera que estamos perdiendo, pero es una carrera que podemos ganar. La crisis climática está causada por nosotros y las soluciones deben venir de nosotros. Tenemos las herramientas: la tecnología está de nuestro lado”.

Con estas palabras, Antonio Guterres, secretario general de la ONU, dio apertura a la Cumbre de Acción Climática celebrada en Nueva York en septiembre de 2019. Debemos pasar de ser causantes del problema a ser parte de la solución, la fórmula parece ser sencilla, no obstante, requiere de la unión de esfuerzos, conocimientos y experiencia, pero sobre todo del compromiso y colaboración de todos los sectores de la economía y de la sociedad, acompañados de políticas y normativas claras, de forma que sea posible generar soluciones, traccionar y vertebrar el cambio para alcanzar cero emisiones netas de carbono, lo que la comunidad internacional ha venido llamando ‘Net Zero’.

El cambio climático, un reto para abordar desde una perspectiva “glocal”. La adopción de la Agenda 2030 de Desarrollo Sostenible y el Acuerdo de París en el 2015, marcan un punto de inflexión global, en el que por primera vez en la historia de la humanidad se ha conseguido un acuerdo a nivel mundial para actuar de forma definitiva ante dos de los desafíos más importantes de este siglo: lograr el desarrollo sostenible y abordar el problema del cambio climático, la mayor amenaza medioambiental para la vida del planeta Tierra.

¿Por qué el término glocal? “El concepto Glocal en su acepción económica se define como el comportamiento de la unidad económica, individual o colectiva, que se muestra proactiva a planteamientos globales que implican una acción consecuente a nivel local. Su expresión práctica se centra en la adaptación y toma en consideración por parte de las empresas de las particularidades de cada territorio para desarrollar las estrategias de producción y consumo más proclives y ajustados a los usos y costumbres de la demanda local” (Garoz López, 2016). Sin ir más lejos, y asociando la exposición anterior al problema que nos atañe, esta definición se corresponde de forma directa con el conjunto de acciones que estamos desarrollando y ejecutando a nivel país, provincia, comunidad autónoma, empresa, sociedad y persona, gestionando, fortaleciendo y favoreciendo capacidades internas “locales” para abordar un problema global como lo es el cambio climático. A nivel de empresa, solo será posible lograrlo a través de la creación de ecosistemas de innovación abierta y la colaboración entre todos los agentes involucrados en la cadena de valor del negocio, de forma que el proceso de diseño, desarrollo e implantación de soluciones permita fomentar nuevos esquemas de pensamiento, integrar nuevas metodologías y vertebrar el cambio de forma orgánica a través de la gestión e intercambio del conocimiento.

Ahora bien, centrando la atención en el sector construcción, tanto en obra nueva como en rehabilitación, como bien es sabido, representa casi el 40% de todas las emisiones de carbono relacionadas con la energía en el mundo, lo que nos convierte en el sector con mayor impacto en este ámbito. De igual forma, también es importante reconocer que es posible reducir las emisiones de CO2 al tiempo que promovemos el crecimiento de la compañía y, como contrapartida, sobre las personas y el planeta, potenciando el triple impacto positivo: económico, social y medioambiental. Pero, para ello, se requiere avanzar más allá del enfoque tradicional hacia una nueva visión, progresar hacia la industrialización del sector y la creación de edificios más sostenibles. En adición a lo anterior, cabe destacar que los cambios constantes en el entorno y el aumento de los desastres ambientales dificultan la concepción de que la misma naturaleza sea capaz de guiarnos en la transición hacia el net zero (Kaya Axelsson, 2021), por lo que será necesario un trabajo proactivo intersectorial, científico de investigación e innovación, que facilite la definición del camino y consecución de los objetivos.

El sector de la construcción es un sector muy heterogéneo que depende de una gran cantidad de materiales, cada uno de ellos con cadenas de suministros largas y complejas (WorldGBC, 2019), por lo que lograr una cadena de valor eficientemente conectada que consiga reducir las emisiones a través de todo el ciclo de vida del producto y que permita obtener como resultado una edificación de calidad, rentable para el promotor y asequible para el inquilino, ha sido uno de los retos más importantes y la misión principal de ÁVIT-A. Nuestro primer paso en el proyecto ha sido crear un espacio de innovación abierto y colaborativo que integra un conjunto de grandes empresas multisectoriales de reconocimiento internacional, que han desarrollado y continúan desarrollando un trabajo coordinado y en conjunto con nuestros equipos, con el objetivo de adaptar, diseñar y estandarizar soluciones para facilitar la transición hacia el net zero.

Como segundo paso y uno de los más importantes, hemos definido ÁVIT-A System como nuestra base para desarrollar la metodología, estandarizar métricas e implementar un sistema de gestión y control en toda la cadena de valor para lograr nuestros objetivos hacia el net zero. Hemos comenzado por la evaluación de la eficiencia energética del edificio diseñado bajo el sistema constructivo de ÁVIT-A System que integra las soluciones relativas a materiales, instalaciones y buenas prácticas técnicas desarrolladas por nuestro ecosistema de partners y nuestros equipos de trabajo. Gracias a ello, hemos conseguido unos valores de mejora muy altos por mayor aislamiento, estanqueidad e inercia térmica respecto de una construcción tradicional.

Ahora bien, para que todo lo anterior tenga sentido, es necesario recuperar el valor del dato y de la información a lo largo de todo el proceso, así como de la ciencia aplicada en las metodologías de cálculo, interpretación y reporting de la información para otorgar la rigurosidad y transparencia pertinentes, partiendo desde el modelo BIM del proyecto. De esta manera, el siguiente paso será establecer los objetivos específicos hacia el NET ZERO de cada uno de los productos de ÁVIT-A, definir e implantar el sistema de seguimiento y control, procesos y procedimientos e incluir estos en la plataforma tecnológica de la construcción industrializada, ÁVIT-A Nexus. Asimismo, será imprescindible la adecuación de la estructura de la organización y desarrollo de las capacidades internas para acometer con éxito los objetivos planteados, teniendo como objetivo final integrar el sistema global de la construcción industrializada como el catalizador del sector hacía el net zero.

 

Diana Carolina Flores

Responsable de Sostenibilidad, Grupo Avintia

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